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8 tendencias de pagos cross-border para seguir en 2026

Las principales tendencias que están redefiniendo los pagos globales en 2026, como stablecoins, regulación y más.

Conduit
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December 26, 2025
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La industria de pagos cross-border seguirá siendo una de las más dinámicas y competitivas en 2026. En 2025, vimos un fuerte protagonismo de tecnologías emergentes, que se convirtieron en temas centrales de debate a nivel global, junto con importantes avances regulatorios y una clara maduración del sector, cada vez más enfocado en mejorar la experiencia del cliente y democratizar los servicios financieros.

Estos movimientos a lo largo de 2025 sentaron las bases para una fase de consolidación del mercado. A continuación, destacamos las principales tendencias que merecen atención.

1 – Las stablecoins ya no son solo una herramienta de nicho, sino una verdadera infraestructura financiera

En 2025, las stablecoins consolidaron su transición de un instrumento marginal a una infraestructura financiera relevante a escala global. El tema pasó a ocupar el centro de las discusiones estratégicas entre bancos, fintechs, empresas multinacionales y reguladores, dejando claro que ya no se trata de experimentación o hype, sino de adopción estructural.

Los datos refuerzan este cambio. El supply global de stablecoins superó los USD 300 mil millones en 2025, lo que representa un crecimiento aproximado de 10 veces en los últimos cinco años. Más importante aún, las proyecciones indican que la capitalización podría alcanzar USD 1 billón para finales de 2026. Este ritmo de expansión refleja no solo una mayor emisión, sino principalmente un uso efectivo creciente como medio de liquidación y transferencia de valor.

stablecoin

Este avance está impulsado por factores estructurales, como la ineficiencia de los sistemas tradicionales de pagos internacionales, la reducción de costos operativos, la liquidación casi instantánea y, principalmente, el avance regulatorio en mercados clave, que ha otorgado legitimidad institucional a estos activos.

Como resultado, las stablecoins han pasado a utilizarse ampliamente en pagos B2B, gestión de tesorería, liquidación interbancaria y operaciones corporativas globales, ocupando un papel estructural en la nueva arquitectura de los pagos cross-border.

2 – Mayor fusión entre las finanzas tradicionales y las tecnologías emergentes

La evolución de los pagos cross-border estará marcada por una mayor convergencia entre el sistema financiero tradicional y las tecnologías emergentes. La narrativa deja de ser “blockchain versus bancos” para convertirse en una integración progresiva entre rieles tradicionales, infraestructura bancaria y capas digitales nativas, como stablecoins y blockchain.

Las instituciones financieras tradicionales han comenzado a reconocer que gran parte de las limitaciones actuales provienen de infraestructuras diseñadas para un mundo analógico. Como respuesta, bancos globales, cámaras de compensación y redes de mensajería están invirtiendo en tokenización, liquidación casi en tiempo real e interoperabilidad con activos digitales, ya sea mediante stablecoins públicas, depósitos tokenizados o blockchains permissionadas.

Al mismo tiempo, las empresas nativas de cripto y las fintechs han madurado sus modelos, alcanzando los estándares regulatorios y operativos exigidos por el sistema financiero tradicional. Este movimiento reduce la fricción entre ambos mundos y crea un entorno híbrido en el que el valor puede circular con mayor eficiencia entre cuentas bancarias, billeteras digitales y redes de pagos locales.

3 – Evolución de los marcos regulatorios

La maduración regulatoria será uno de los principales vectores de crecimiento para las stablecoins y los activos digitales en 2026. La consolidación de marcos claros para los Proveedores de Servicios de Activos Virtuales (VASPs) reduce la incertidumbre jurídica y sienta las bases para una adopción institucional más amplia.

Un hito relevante fue la aprobación, en julio de 2025, del US GENIUS Act, que estableció directrices federales para la emisión, custodia, reservas y supervisión de stablecoins, reconociendo estos activos como instrumentos legítimos de pago y liquidación. Esta iniciativa actúa como un catalizador global e influye en movimientos regulatorios en otras regiones.

En Europa, el Markets in Crypto-Assets Regulation (MiCA) avanza hacia su fase operativa, mientras que el Digital Operational Resilience Act (DORA), creado en 2025, eleva los estándares de resiliencia operativa y gestión de riesgos tecnológicos para instituciones financieras y proveedores de servicios digitales. Se espera que DORA trascienda la UE y sirva como referencia global para el sector financiero.

En África, Sudáfrica y Nigeria ya operan regímenes más avanzados relacionados con VASPs, mientras que Kenia y Ghana prevén nuevos desarrollos regulatorios en 2026, ampliando la institucionalización del sector en el continente.

En Brasil, el nuevo marco regulatorio aprobado en noviembre de 2025 entra en vigor en febrero de 2026 y aporta mayor claridad sobre el licenciamiento y supervisión por parte del Banco Central.

En 2026, la regulación pasa a actuar como infraestructura habilitadora, permitiendo que las stablecoins dejen la fase experimental y se consoliden como parte integral de la arquitectura global de pagos cross-border.

4 – El auge de los servicios financieros all-in-one

En 2026, las empresas que operan globalmente dejarán de buscar soluciones fragmentadas para respaldar sus operaciones cross-border. La tendencia dominante será la consolidación de servicios financieros all-in-one, capaces de reunir pagos internacionales, gestión de tesorería, FX, conciliación, compliance y más en una sola plataforma.

Históricamente, las operaciones cross-border han requerido múltiples proveedores, como bancos, exchanges, procesadores de pagos, sistemas paralelos de conciliación y herramientas externas de monitoreo y conformidad. Este modelo fragmentado incrementa los costos, crea puntos ciegos operativos y dificulta la escalabilidad. A medida que las márgenes se reducen y el volumen transaccional crece, esta complejidad deja de ser sostenible.

Las plataformas modernas, muchas de ellas respaldadas por stablecoins y APIs, comienzan a ofrecer flujos integrados, permitiendo a las empresas iniciar, monitorear, liquidar y conciliar transacciones globales en tiempo real, con reglas programables y control centralizado. Para los equipos financieros, esto significa menor dependencia de procesos manuales, menor riesgo operativo y mayor previsibilidad de caja.

5 – Los pagos en tiempo real como regla, no como excepción

La expectativa de liquidación casi instantánea dejará de ser un diferencial y pasará a ser un requisito básico para las operaciones financieras globales. La aceleración de las redes de pagos en tiempo real está redefiniendo los estándares de velocidad, disponibilidad y eficiencia, presionando a empresas e instituciones a alejarse definitivamente de las infraestructuras heredadas.

En Europa, la implementación continua de SEPA Instant Payments a lo largo de 2025 permitió transferencias 24/7 entre países participantes. La eliminación prevista del límite de €100.000 por transacción debería ampliar significativamente la adopción corporativa, habilitando nuevos casos de uso en pagos B2B, gestión de caja y optimización de liquidez en tiempo real.

Este movimiento impone desafíos claros a las instituciones que aún dependen de sistemas tradicionales. Para seguir siendo competitivas, deberán ofrecer pagos más rápidos, mayor resiliencia operativa, seguridad reforzada y disponibilidad continua, alineándose con las expectativas de un mercado que ya opera en tiempo real.

El avance regulatorio también actúa como acelerador. En el Reino Unido, el National Payments Vision fue lanzado por el HM Treasury en 2023 para modernizar el ecosistema de pagos del país. Su objetivo es fortalecer la gobernanza, actualizar la infraestructura e impulsar pagos más rápidos, seguros e interoperables, fomentando la innovación y la competencia. 

Para 2026, la iniciativa prevé avances en pagos en tiempo real para casos de uso corporativos, expansión del Pay by Bank y mayor interoperabilidad entre sistemas, con reglas más eficientes para reducir fricciones y aumentar la resiliencia del sistema de pagos.

6 – El AML “no-code” se expande más allá de los bancos

Las soluciones de AML no-code dejan de ser exclusivas de las grandes instituciones financieras y comienzan a ganar mayor tracción entre fintechs, VASPs, plataformas de pago, marketplaces y otros sectores no bancarios. La ampliación de las obligaciones regulatorias más allá de los bancos tradicionales exige estructuras de compliance más ágiles, escalables y menos dependientes de equipos técnicos especializados.

Las plataformas no-code permiten que los equipos de riesgo y compliance creen, ajusten y prueben reglas, flujos de monitoreo, alertas y trazabilidad de auditoría sin necesidad de desarrollos complejos. Esto reduce el tiempo de respuesta a cambios regulatorios cada vez más frecuentes, disminuye los costos operativos y mejora la capacidad de adaptación en distintas jurisdicciones.

A medida que los requisitos de KYC, AML y monitoreo transaccional se vuelven más sofisticados y recurrentes, la flexibilidad pasa a ser tan importante como la robustez. En este contexto, el AML no-code se consolida como un habilitador estratégico para escalar operaciones financieras con cumplimiento, sin comprometer la velocidad de innovación.

7 – ISO 20022 y mayor interoperabilidad

Hasta finales de 2025, muchas instituciones financieras y proveedores de pago ya habían completado o avanzado significativamente en la migración al estándar ISO 20022. En 2026, el mercado comienza a sentir los impactos reales de esta transformación.

ISO 20022 se está consolidando como un habilitador fundamental de la próxima fase de los pagos cross-border. A medida que más sistemas de pago, bancos e infraestructuras adoptan este estándar global de mensajería, las transacciones incorporan datos más ricos y estructurados, capaces de recorrer toda la cadena de extremo a extremo, incluso entre redes diferentes.

En la práctica, esto se traduce en una mayor interoperabilidad entre redes domésticas, sistemas internacionales y tecnologías emergentes. Los formatos estandarizados reducen la intervención manual, agilizan el procesamiento y refuerzan los procesos de cumplimiento y prevención del fraude.

8 – La IA como infraestructura cada vez más omnipresente

La inteligencia artificial aparece desde hace años en las listas de tendencias de fintech y pagos, pero su impacto aún está lejos de materializarse por completo. Lo que cambia al entrar en 2026 es la profundidad y amplitud de su aplicación en las operaciones financieras, especialmente en pagos cross-border, compliance y tesorería.

La IA está cada vez más integrada en los flujos centrales, desde la detección de fraudes y sanciones en tiempo real hasta la conciliación automatizada, la previsión de liquidez y la atención al cliente. En lugar de herramientas aisladas, la IA se convierte en una capa invisible que optimiza la toma de decisiones, reduce la intervención manual y se adapta continuamente a nuevos riesgos y exigencias regulatorias.

Muchos casos de uso siguen poco explorados, sobre todo en pagos B2B y operaciones cross-border, donde la complejidad, la fragmentación de datos y las demandas de compliance son mayores. A medida que mejora la calidad de los datos y los sistemas se vuelven más interoperables, el papel de la IA tenderá a expandirse significativamente, configurando un cambio estructural de largo plazo y no solo una tendencia pasajera.

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